La implantación de una prótesis en la rodilla es una de las operaciones más comunes en población de edad avanzada debido a la degeneración del cartílago y/o menisco de la propia articulación. Tras cualquier tipo de cirugía, todo paciente ya piensa en su proceso de rehabilitación y cuándo va a poder comenzar. En este caso, el papel del fisioterapeuta es muy importante porque va a poder intervenir al primer día tras la operación.
Objetivos del tratamiento fisioterapéutico de la prótesis de rodilla
Los objetivos que persigue el fisioterapeuta en este tipo de cirugía son los siguientes:
- Disminuir y eliminar la inflamación de la rodilla, y con ello el dolor que presenta el paciente debido a esa hinchazón.
- Tratamiento de la cicatriz para evitar posibles adherencias.
- Ganar movilidad en flexión de rodilla y reducir el flexo en el caso de que éste existiese.
- Implantar un programa de ejercicios para fortalecer todo el miembro inferior y conseguir así la estabilidad que esa articulación va a necesitar.
- Reeducación de la marcha.
Tratamiento de fisioterapia para la prótesis de rodilla
Para poder conseguir esos objetivos y una funcionalidad completa, es necesaria una buena rehabilitación, en la que se incluyen las siguientes técnicas y ejercicios:
- Indiba Activ: con esta máquina de alta radiofrecuencia de última generación ayuda a eliminar la inflamación y reducir la intensidad del dolor.
- Terapia manual encaminada a mejorar la movilidad de la rodilla hasta alcanzar el rango completo (120º aproximadamente de flexión) para una funcionalidad completa (marcha, escaleras…). Se añade masaje cicatrizal con indiba Activ para flexibilizar la piel y la zona de la cicatriz.
- Programa de ejercicios de fortalecimiento muscular: cuádriceps, isquiotibiales, glúteos (importantísimos para la estabilidad de la cadera y una buena reeducación de la marcha) y gemelos.
- Corrección y una buena ejecución de todas las fases de la marcha que se ven alteradas tras la operación, siendo lo más común a corregir: el apoyo del talón, la falta de peso que se echa a la pierna operada y la falta de extensión de la rodilla en alguna de las fases. Todo ello es imprescindible para evitar una posible cojera.
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