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Tratamiento de la incontinencia urinaria

¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria se define como “la pérdida involuntaria de orina, que puede ser demostrada objetivamente y que constituye un problema social o higiénico”.  En un sentido más amplio puede decirse que es la pérdida involuntaria de orina, frecuente, grave, que supone un fuerte impacto social e higiénico, modifica la calidad de vida del paciente, obliga a adoptar determinadas estrategias (utilizar pañales o evitar salir de casa) y en ocasiones lleva al paciente a buscar ayuda profesional, independientemente de la gravedad o frecuencia del escape. En España, la prevalencia de esta disfunción en mujeres menores de 65 años se sitúa entre el 15 y el 40%, mientras que en mayores de 65 años la cifra alcanza el 42%.

Clasificación de la incontinencia urinaria

Según la sintomatología, la incontinencia urinaria puede clasificarse en tres tipos:

  • Incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE): pérdida de orina involuntaria a través de la uretra durante un esfuerzo o ejercicio (tos, estornudo, coger peso…). Se puede producir por hipermovilidad uretral, pérdida de fuerza muscular del suelo pélvico, disminución del grosor uretral y la pérdida de la estabilidad lumbopélvica.
  • Incontinencia urinaria de urgencia (IUU): pérdida involuntaria de orina acompañada o inmediatamente precedida por un deseo repentino de orinar que no puede ser controlado con facilidad. Se relaciona con el síndrome de vejiga hiperactiva. Se produce por un aumento de la presión vesical durante el llenado vesical, en ausencia de aumentos de la presión abdominal. Este aumento puede tener una causa neurógena o idiopática.
  • Incontinencia urinaria mixta (IUM): pérdida involuntaria de orina asociada con la urgencia miccional y con el esfuerzo.
  • Incontinencia urinaria por rebosamiento: aparece cuando la capacidad de almacenaje de la vejiga es superada y está asociada normalmente a retención urinaria. Se manifiesta por pérdidas de orina en forma de goteo. Se produce por una obstrucción uretral o por una pobre contracción del detrusor.
  • Incontinencia urinaria continua: se presenta en ausencia de deseo miccional, y también en alteraciones neurológicas y en pacientes que presentan una uretra rígida, fibrosa y que no funciona correctamente.

Evaluación

Antes de comenzar con el tratamiento, es muy importante realizar un diagnóstico preciso para saber si la incontinencia puede ser tratada con técnicas de fisioterapia. Para ello, realizamos una anamnesis y una exploración física exhaustiva. También contamos con diferentes cuestionarios y test, entre los que encontramos:

  • Diario miccional: también nos servirá como tratamiento de la incontinencia para registrar la actividad miccional del paciente.
  • Cuestionario ICIQ-IU SF: nos proporciona información sobre el tipo de incontinencia urinaria que puede padecer el paciente, así como la gravedad del problema.

Además, existen otras pruebas médicas (test del hisopo, flujometría, cistometría…) que también nos aproximan a un diagnóstica adecuado.

La exploración física consiste en una revisión de la actividad muscular del suelo pélvico, desequilibrios, desalineaciones articulares y miofasciales de las estructuras que limitan el compartimento abdominal. Por lo tanto, se realiza una exploración articular lumbopélvica, de los músculos diafragma torácico, músculos abdominales y del suelo pélvico.

Tratamiento

Es imprescindible informar al paciente del tratamiento que se le va a realizar, ya que será muy importante su esfuerzo y colaboración activa.

Lo primero que vamos a realizar es una toma de conciencia del suelo pélvico, ya que muchos pacientes no son capaces de contraer correctamente la musculatura de esta zona. Existen muchas técnicas para ello: autopalpación de la región perineal, visualiación del movimiento perineal en un espejo, o también existen pequeños aparatos que ayudan a realizar una correcta contracción.

Dentro de las técnicas de tratamiento conservadoras, encontramos:

  • Técnicas manuales: masaje vaginal, técnicas miofasciales, masaje transversal profundo, trabajo manual activo para el inicio del fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico, estiramientos y estimulación del reflejo de estiramiento
  • Técnicas instrumentales: las más utilizadas son el biofeedback, la electroestimulación, las bolas chinas, la diatermia con Indiva Activ® y la punción seca
  • Ejercicios de contracción voluntaria de suelo pélvico (Kegel): consisten en contraer los músculos que cierran los esfínteres y sujetan los órganos de la pelvis. Se realizan en diferentes posiciones en función del tono basal de la musculatura.
  • Reeducación postural ante esfuerzos: consiste en aprender a colocar la columna, el tórax y la pelvis en posición neutra durante los esfuerzos.
  • Automatismo perineal: el objetivo es la integración de la contracción del suelo pélvico, así como del plano profundo abdominal, antes y durante las actividades que generan un incremento de la presión intraabdominal.
  • Entrenamiento abdomino-pélvico: Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH).

También es importante trabajar técnicas comportamentales como la ingesta de líquidos, controlar el peso, controlar la alimentación, etc.

En nuestra clínica de fisioterapia en Guadalajara Fisiofine contamos con especialistas en Fisioterapia Uroginecológica y Obstétrica que te ayudarán con el mejor tratamiento.

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